domingo, 12 de diciembre de 2010

Vieja Loba.

Mi hermano se fue a vivir con unos amigos a un departamento en el que antes vivía una señora muy vieja. Ella tenía alzheimer y la mandaron a un geriátrico, pero al irse, su casa quedó casi intacta. Cuando mi hermano y sus amigos empezaron a instalarse en el departamento, se chocaron con miles de cosas acumuladas por todos lados. Cosas que, en general, podrían considerarse basura. Un montón de mierda organizada en minuciosas categorías. Todo era una mugre y una bizarreada, cada objeto contaba la historia de una enfermedad.

En medio de eso estábamos cuando le llegó el momento al balcón, donde descubrimos unas dos docenas de plantitas que aún vivían, preciosas, delicadamente cuidadas. La lógica del resto de la casa, se potenciaba hasta regenerarse en ese espacio, donde diminutos retoños crecían en tapitas de Blem. Eso nos hizo sentir mucha ternura, hasta adquirimos una especie de cariño por la vieja, dueña de un santuario vegetal. Ahora la imaginábamos como la dedicada madre de un pequeño ecosistema, abocada a ello hasta su último resto de lucidez.

Durante la limpieza, entre una torre de papeles de magdalenas usados y de muchos frascos vacíos, encontré la siguiente nota, escrita con letra de nene con lápiz negro, sobre un papel amarillento:


"ponemela no me aguanto
sos un lobo. Lobo
Mordeme lo lobo"



Fui corriendo a mostrarselo a mi hermano y sus amigos. Ellos no podían creerlo, no lo podíamos creer.



"ponemela no me aguanto
sos un lobo. Lobo
Mordeme lo lobo"



Ese día repetimos "lo lobo" hasta el cansancio, que ni siquiera llegó.




Los indicios de la vieja, nos permitieron hacer de ella un personaje entrañable.
Homenajeamos a semejante poetiza inédita, con una instalación en la heladera de mi hermano.








LO LOBO. Maravilla.




nota: la del imán no es una foto de nuestra vieja en cuestión, es un imán de chungo recortado a los fines de representarla.

viernes, 23 de julio de 2010

un sueño simbolista

Estaba en una ceremonia religiosa, en un anfiteatro.
En el escenario, había una tarima. La puerta de acceso al lugar, estaba en el costado derecho de la misma.

En la tarima no había nadie y en la platea, justo detrás de la tarima y con plena visión de la puerta, parecía estar mi familia.
Al único que identifiqué con claridad, fue a mi hermanito. Pero la sensación era que estabamos todos. A mi hermanito lo vi claramente, porque de alguna forma, era el motivo que nos convocaba, o el agasajado. Y en un momento, yo le besé la cabeza, como suelo hacerlo.

Empezaban a llegar personas que todos los miembros de mi familia conocíamos.
Llegaba Yoel, mi amigo del jardín, con su papá, que en una época frecuentó a los míos.
Se sentaban al lado mío y yo me ponía a llorar.
Después venía más gente, que entraba al lugar en el mismo orden cronológico con el cual había aparecido en mi vida, aunque casi no me acuerdo de quiénes se trataba.

Cada persona que llegaba me angustiaba más. Los arribos eran como una cuenta regresiva.
Sí sé que llegaba Julia, con una presencia inquietante, como la de alguien a quien se le debe una explicación o una disculpa. E inmediatamente después, se asomaba por la puerta Ale, que me sonreía y por un instante me generaba una especie de bienestar cálido.

Entonces todo pareció suspenderse.

Faltaba aparecer algo o alguien. Yo seguía llorando, un poco por algo perdido, quizás nostálgica, pero también por otra cosa.
Lo que pasaba, los que estaban en ese lugar, eran simplemente una condición. Los seres del pasado y del presente, personificaban emociones, los elementos que constituían el estado en el que esperábamos.
La llegada de algo, importantísimo y totalmente ignorado, era inminente. Y sin embargo esa presencia terrible, ya estaba entre nosotros que no la habíamos notado y era la espera misma.





últimamente me pregunto, si los sueños son mensajes, mensajes de quién?

viernes, 2 de julio de 2010

Maeterlinck

`Estoy lleno de inquietudes y esta es una hora solemne.

Hablamos de la hora que ha dado el reloj, o del sol que se pone, a fin de procurar a nuestras almas el tiempo de admirarse y de abrazarse en otro silencio que el murmullo de los labios y del pensamiento no podrá turbar. Lo que decía su boca no se oía junto a lo que proclamaba su presencia. Iría con él a los límites del hombre, porque donde parece próximo a concluir es, probablemente, donde comienza el hombre, y sus partes esenciales.

No son muchos los que probaron que el hombre es más grande y más profundo que el hombre, y consiguieron fijar así algunas de las eternas alusiones que a cada instante encontramos en la vida, en un gesto, en una seña, en una mirada, en una palabra, en un silencio y en todos los acontecimientos que nos rodean.

La ciencia de la grandeza humana es la más extraña de las ciencias. Ningún hombre la desconoce, pero casi todos ignoran que la poseen. Es necesario vivir, porque no hay un acto, ni una palabra, ni un gesto que se escape a reivindicaciones inexplicables en un mundo en que hay muchas cosas por hacer y pocas que saber. Vivimos tan lejos de nosotros mismos. Del otro lado de nuestras agitaciones involuntarias, llevamos una existencia maravillosa, inmovil y purísima.

"Aprendé a venerar las cortas horas de la vida. Si creo haber perdido el día en miserables empresas y podés probarme que he vivido sin embargo tan profundamente...habrás hecho más que si me hubieras persuadido de salvar hoy a mi enemigo, porque habrás aumentado en mi la suma, la grandeza y el deseo de la vida y tal vez mañana sepa vivir con respeto.
Los grandes hombres no fueron grandes sino porque tenían la costumbre de abrir los ojos a todas las luces."´


- collage de "El tesoro de los humildes".


domingo, 20 de junio de 2010

ordenando el placard

1)

marzo 2006

ustedes vieron que estoy sensible con el tema, sí, con todas estas boludeces, de la libertad y y el status quo, que yanosesoportamesoporto y esa molestia de saber que pasa mucho más de lo que sé y de lo que me dejan saber, y las instituciones y la muerte y la libertad que no era tal, y después los profesores que dicen que uno se vaya a ser crítico a otra parte, y que fine by me porque me doy cuenta, pero el resto fue a aprender a ser crítico, ahí justo en donde todo lo malo debería empezar a mejorar, ahí donde el cambio debería generarse, nos dictaminan que es mejor asentir y repetir de memoria que el mercado funciona así, y punto, alternativas no es una palabra, y que tampoco la violencia es la forma y que hay una sensación de urgencia, pero somos felices y creativos y la libertad es el placer individual y somos jóvenes y comemos y si queremos nos drogamos y si queremos dormimos y si queremos rechazamos lo que queremos,
y a veces ni queremos y que es cómodo todo, es fácil todo, y si quiero hasta me deprimo y me ataco de adolescencia o de soledad, porque es más fácil mirar de cerca que mirar de enserio y bueno, cuando ya se sabe todo esto o se sabe que lo que se sabe no es la verdad, entonces por dónde se empieza si se empieza y de nuevo la urgencia, la cuenta regresiva, la ansiedad por calcuta y áfrica, pero en la esquina de mi casa también y en mi heladera peor y en mi cabeza peor y todo eso que es un grito a punto de gritar con sonido de puteada pero a quién, o sí, a mí, por reaccionaria y complice y por pelotuda que un libro, una película, una sensación, un momento de la vida, ese que se define como algoapuntodepasar, pelotuda por necesitar de reactores tan conductistas para poder entender o para poder ponerle nombre a un error que excede toda piel y ponerle nombre también a la causa que lo alivia y ponerle nombre a a las cosas en vez de callarme y callate callate callate callate y hacé.


2)
junio 2006

+ maia, la misma pelotuda. cada vez en medio de los rumbos cambiados, las caras nunca gesticuladas, el aire como otra cosa, las soberbias malcuradas de siempre y esos intentos de novedad. en medio de todo eso, sí, pasa siempre que viene el gran ondazo, un ondazo sólo, que anda por la calle, va esperando su frente-destino y cuántas veces fue uno, con sus pedanterías a cuestas. uno en su escalera de papel, mirando mentirosamente desde un arriba mal sostenido, hasta que poco pasa. es poco lo que se necesita para recordar que las bocas mejor calladas y que el peor ondazo es el autogenerado por todo eso de lo que gusta jactarse. y sólo son necesarios 5 minutos de mal diálogo (o monólogo, ya que caemos en esto de la sinceridad) para que todo explote, y se vuelquen las mil tendencias que la licenciada martir trabaja duramente por borrar. 5 minutos en tiempo. porque en espacio sólo son necesarios dos ojos con más verdades que las propias, una espontaneidad mucho más grande que la jamás hubiera imaginado poder simular, una sonrisa en silencio mientras la verborragia propia sólo acelera hacia abajo sobre la cabeza y luego todo el cuerpo, cual gravedad enemiga. sólo son necesarios un vaso de café y todas las historias divertidas contadas muy mal esta vez y un cúmulo de puntas por demás atractivas que terminan donde probablemente jamás sabré. Ondazo tremendo, puc en medio de la frente, y andá a quejarte con nadie porque bien merecido lo tenías nena.


3)

octubre 2007

la libertad es la práctica de todos los placeres, independiéntemente de cuáles sean estos (conforme a la singularísima idiosincracia de cada individuo, en coexistencia con sus similares). es un facilísmo adjudicar la responsabilidad (no hablo de culpa porque no hablo de cristo) a una oligarquía o a un tirano, cuando el arquetipo de represor es la propia mente. habría que dejar los estandartes míticos y, más aún, los discursos panfletarios que rozan el fanatismo (qué cosa hay acaso más autoritaria que un extremo), para empezar a desarrollar la práctica reflexiva y la búsqueda de superficies de placer.
cuando la política y el arte gramaticalmente correctos eran el ideal de la cultura, la revolución se encontraba en la puteada y en el dadaísmo y esos asuntos justos en su momento (y justo a tiempo). pero seguir haciendo eso ahora es reaccionario. hay que girar otra vez para lograr algo nuevo, algo moderno enserio. porque las malas palabras ya no son malas ni son ruptura, son sólo representaciones más fieles de muchos sentimientos. putos.