domingo, 20 de junio de 2010

ordenando el placard

1)

marzo 2006

ustedes vieron que estoy sensible con el tema, sí, con todas estas boludeces, de la libertad y y el status quo, que yanosesoportamesoporto y esa molestia de saber que pasa mucho más de lo que sé y de lo que me dejan saber, y las instituciones y la muerte y la libertad que no era tal, y después los profesores que dicen que uno se vaya a ser crítico a otra parte, y que fine by me porque me doy cuenta, pero el resto fue a aprender a ser crítico, ahí justo en donde todo lo malo debería empezar a mejorar, ahí donde el cambio debería generarse, nos dictaminan que es mejor asentir y repetir de memoria que el mercado funciona así, y punto, alternativas no es una palabra, y que tampoco la violencia es la forma y que hay una sensación de urgencia, pero somos felices y creativos y la libertad es el placer individual y somos jóvenes y comemos y si queremos nos drogamos y si queremos dormimos y si queremos rechazamos lo que queremos,
y a veces ni queremos y que es cómodo todo, es fácil todo, y si quiero hasta me deprimo y me ataco de adolescencia o de soledad, porque es más fácil mirar de cerca que mirar de enserio y bueno, cuando ya se sabe todo esto o se sabe que lo que se sabe no es la verdad, entonces por dónde se empieza si se empieza y de nuevo la urgencia, la cuenta regresiva, la ansiedad por calcuta y áfrica, pero en la esquina de mi casa también y en mi heladera peor y en mi cabeza peor y todo eso que es un grito a punto de gritar con sonido de puteada pero a quién, o sí, a mí, por reaccionaria y complice y por pelotuda que un libro, una película, una sensación, un momento de la vida, ese que se define como algoapuntodepasar, pelotuda por necesitar de reactores tan conductistas para poder entender o para poder ponerle nombre a un error que excede toda piel y ponerle nombre también a la causa que lo alivia y ponerle nombre a a las cosas en vez de callarme y callate callate callate callate y hacé.


2)
junio 2006

+ maia, la misma pelotuda. cada vez en medio de los rumbos cambiados, las caras nunca gesticuladas, el aire como otra cosa, las soberbias malcuradas de siempre y esos intentos de novedad. en medio de todo eso, sí, pasa siempre que viene el gran ondazo, un ondazo sólo, que anda por la calle, va esperando su frente-destino y cuántas veces fue uno, con sus pedanterías a cuestas. uno en su escalera de papel, mirando mentirosamente desde un arriba mal sostenido, hasta que poco pasa. es poco lo que se necesita para recordar que las bocas mejor calladas y que el peor ondazo es el autogenerado por todo eso de lo que gusta jactarse. y sólo son necesarios 5 minutos de mal diálogo (o monólogo, ya que caemos en esto de la sinceridad) para que todo explote, y se vuelquen las mil tendencias que la licenciada martir trabaja duramente por borrar. 5 minutos en tiempo. porque en espacio sólo son necesarios dos ojos con más verdades que las propias, una espontaneidad mucho más grande que la jamás hubiera imaginado poder simular, una sonrisa en silencio mientras la verborragia propia sólo acelera hacia abajo sobre la cabeza y luego todo el cuerpo, cual gravedad enemiga. sólo son necesarios un vaso de café y todas las historias divertidas contadas muy mal esta vez y un cúmulo de puntas por demás atractivas que terminan donde probablemente jamás sabré. Ondazo tremendo, puc en medio de la frente, y andá a quejarte con nadie porque bien merecido lo tenías nena.


3)

octubre 2007

la libertad es la práctica de todos los placeres, independiéntemente de cuáles sean estos (conforme a la singularísima idiosincracia de cada individuo, en coexistencia con sus similares). es un facilísmo adjudicar la responsabilidad (no hablo de culpa porque no hablo de cristo) a una oligarquía o a un tirano, cuando el arquetipo de represor es la propia mente. habría que dejar los estandartes míticos y, más aún, los discursos panfletarios que rozan el fanatismo (qué cosa hay acaso más autoritaria que un extremo), para empezar a desarrollar la práctica reflexiva y la búsqueda de superficies de placer.
cuando la política y el arte gramaticalmente correctos eran el ideal de la cultura, la revolución se encontraba en la puteada y en el dadaísmo y esos asuntos justos en su momento (y justo a tiempo). pero seguir haciendo eso ahora es reaccionario. hay que girar otra vez para lograr algo nuevo, algo moderno enserio. porque las malas palabras ya no son malas ni son ruptura, son sólo representaciones más fieles de muchos sentimientos. putos.